"La Universidad debiera insistirnos en lo antiguo y en lo ajeno. Si insiste en lo propio y lo contemporáneo, la Universidad es inútil, porque está ampliando una función que ya cumple la prensa". (Jorge Luis Borges, escritor argentino,1899-1986).
Si hasta una persona tan conocida como Borges puede ensalzar la importancia de las universidades en relación a lo que nos resulta ajeno, y por tanto, lejano física o intelectualmente, son muchos más los "héroes anónimos" que conocen que estos centros del saber, ciertamente, nos aproximan a lo que, de otro modo, nos quedaría largo.
Así pues, he aquí un ejemplo real, de esta mañana, en el que dos futuros licenciados mantenían el siguiente diálogo, acerca de dos erasmus francesas que conversaban entre sí y junto a las que pasaban en ese momento:
"-¡Joder, macho!¡Qué asco me dan los gabachos!Es oirlos hablar y me pongo malo...
-¡Buah!¡Ni puto caso! Éstas -las erasmus- se salvan porque están buenas. Además con la boca llena tampoco es que puedan hablar mucho. (Risas, mientras se alejan por el pasillo)".
Véase, en el primero de los que interviene en esta conversación, la tolerancia propia de quien habita una Torre de Babel moderna como es una facultad cualquiera. De igual modo, destacar del segundo el peso de unos argumentos sesudamente razonados y sólidamente construídos ("¡Buah!¡Ni puto caso!") y el guiño a unas señas de identidad tan españolas como son el ingenio y la picaresca ("Además con la boca llena tampoco es que puedan hablar mucho").
Por último, debo insistir en la idea que abre este post y que se refleja en este breve coloquio: la universidad nos acerca a lo ajeno; según Borges, al conocimiento de lo que nos resulta extraño; en este caso, a las erasmus, que de otro modo estarían en sus respectivos países.
Indirectamente, vaya en este post un tardío homenaje a López Vázquez, claro ejemplo del encuentro del español medio y la mujer bien hecha (los dos gañanes de la universidad y las erasmus, verbigracia).
