lunes, 8 de marzo de 2010

chatroulette, antro de cuidado

  Quien ande un poquillo por la red, habrá comprobado que de un tiempo a esta parte se ha hablado mucho de Chatroulette, una web de videoconferencia en la que con simplemente apretar un botón, puedes chatear, de forma aleatoria, con desconocidos que en ese momento estén conectados a dicha web. Parece ser que la página es obra de un joven ruso que seguramente no esperaba un fenómeno de tales dimensiones.
Los chats nunca me han despertado interés, pero tras ver alguna cosa por ahí, no he podido evitar que la curiosidad mate al gato. En cinco minutos que he estado, me he topado, entre otras más normales, con las siguientes imágenes, que he tenido que capturar para dar fe de mi testimonio:

 
  
  
  
 

Conclusión 1ª: dudo muchísimo que me pase otra vez por este antro de perversión.
Conclusión 2ª: desde que se funciona internet, hay mucho pervertido suelto (antes estaban en los parques y  los fines de semana, en los bares).
Conclusión 3ª: si antes no me creía todo lo que vi, oí o leí, ahora mucho menos.