jueves, 11 de febrero de 2010

Gente a la que reventaría a patadas (II)


  Hoy me adentro en un mundo oscuro y tenebroso, volviendo a dedicarle unas líneas a alguien a quien daría muerte de una forma lenta y muuuuy dolorosa (e increiblemente divertida para mí y otros/as sádicos/as, curioso...). Ya le di para el pelo en su día al pequeñín de Josemi, pero al ser tan insignificante me quedé con ganas de más y hoy vuelvo a la carga con alguien del mismo entorno, siendo la segunda estrella de mi particular "Hall of Fame" Carmen Pardo, alias la "Trapo".

 (Primera causa en España de homosexualidad masculina y de heterosexualidad femenina)

  Como ya hice con el mariquita estrábico, enumeraré por pasos mi crítica totalmente salida del más profundo odio y penasco que me corroe por dentro y que no es más que un sinsentido producto de una mente muy enferma justificada y argumentada con todo rigor. Así pues, he aquí mi opinión:
  • Empezaré centrándome en el aspecto profesional -el físico y mental lo dejo para después, que da más juego-: teóricamente este espantajo es licenciado en Ciencias de la Información...bien, reconozco que albergo pocas dudas al respecto, porque entiendo que así como tus compañeras de facultad ligaban más que Pete Doherty mierda de todo tipo -siendo tú la competencia, hasta yo lo haría, fíjate-, tú debías dedicar los fines de semana a algo productivo al no salir, asique te centraste en dedicar tu misérrima existencia a los estudios, en lugar de dedicar ese tiempo a hacer guarreridas españolas contigo misma, porque de otra forma no conociste ni vas a conocer con esa cara. Así pues, para mí eres una digna licenciada.

  • Cuando acabaste tus estudios, y hambrienta de conocer bíblicamente a hombre alguno por lo que habías oído hablar a tus compañeras -ya te iba lo de las vidas ajenas, pájara-, pensaste "¡Coño, si me meto en la mierda esa del corazón, con la cantidad de desviadosenfermos mentales que hay, algo tengo que pillar, que para eso están los zoofílicos, algofílicos -qué dolor mirarte a la cara-, amokoscísicos -buen castigo el mirarte a la cara-, biastofílicos -de otra forma no pillas-, chezolágnicos -estar contigo debe ser similar-, cinofílicos, o dysmorfofílicos, que es lo que más me va! ". Así fue como vendiste tu alma perruna a cambio de algo -la atracción física- que sólo has visto en personas de apariencia normal.

  • Por muy licenciada que seas, el haberte metido en esa ciénaga inmunda que es la prensa rosa, es un claro ejemplo de que hoy día hasta el más tonto hace relojes, y que tener estudios universitarios no es síntoma de inteligencia, precisamente, y eso me jode no veas cómo.
 Voy a lo que más fácil me pones, y es tu apariencia física:
  • Para empezar, eres una ¿tía? de baja estatura, y eso me fastidia muy mucho. Las mujeres que conozco de baja estatura, la gran mayoría de ellas son grandes personas, geniales incluso, y atractivas en muchos sentidos, pero tuviste que llegar tú y joderme lo que para mí era hasta entonces un axioma. Tus padres pecaron contra Dios en su día -por lo menos tu madre con aquel perro sarnoso, que por cierto, le puso poco interés al asunto, visto el resultado-, y tú pecas contra la Naturaleza.

  • Ese pelo que te gastas y que te  nace desde la mitad de la cabeza hacia atrás, lo llevas bastante mal. Para empezar deberías llevarlo todo hacia delante para taparte esa media calva que tienes y un poco la cara; también te aconsejo que dejes de peinarte como viste hacerlo a tu madre en los 70-80 porque eso no es ser retro, sino retrasada peluquilmente. Por último, el que haya ratas con un pelo más bonito que el tuyo no te hace favor ninguno.

  • He visto pinturas de Miquel Barceló con más armonía y buen gusto que ese cuerpo que te gastas, y ya es decir largamente.

  • Para ese agujero que tienes en mitad de la cara y que llamas boca, hay trabajo de sobra para todo un Colegio Profesional de Dentistas, de Odontólogos, de Arquitectos, de Aparejadores, de Filósofos que expliquen cómo es posible que eso exista y para una cuadrilla de rumanos que conozco y que trabajan bien y a buen precio el tema de la construcción y rehabilitación de fachadas.

  • Por último, pero no por ello menos importante aludir un poco a tu cara -creo que ya lo he hecho, pero nunca es suficiente-: estás contrahecha. Verte la cara es como morir en vida, es como desear un final rápido -pum y se acabó-, es como saltar al vacío y pensar en el sabor del asfalto, como sentirse vivo en mitad de un incendio, como ser feliz en un campo de batalla...es algo que no tiene explicación, pero que es posible.
  • Por cierto, ¿tu parecido con Quasimodo o con el niño protagonista de "Máscara" es casualidad, o un estilo distinto?